Una
aproximación a la inteligencia artificial.
Podemos definir a una
inteligencia artificial como una interfaz que permite a determinados objetos
inanimados ejecutar ciertas tareas de las que haría falta un humano para
completarlas. Pero sería una aproximación pobre
que no incluye a todos los casos e incluye algunos modelos de
automatización que no califican.
La ciencia ficción siempre se hace presente cuando del futuro se trata. Y no es para menos, el imaginario humano siempre nos permite soñar. Y no está demás añadir que, en algunos casos suele abrir caminos en la realidad y solucionar algunos problemas, aunque su volatilidad onírica nos permite amoldarlos tanto que luego vuelven a la realidad una pesadilla.
Es por ello que en este texto se pretende hacer una aproximación no ficcional a la inteligencia artificial desde las ciencias y las tecnologías, no excluyendo las sociales como la filosofía. Pero no haré mucho énfasis en el mundo literario a menos que haya sido muy relevante y en cierta forma se haya materializado en el mundo real[1].
Otra cuestión a aclarar es que no se pretende hablar de cómo se elabora una Inteligencia Artificial, sino de las características de la misma. Definir en un primer momento, luego explicar su funcionamiento y como logran hacernos creer que piensan. La arquitectura, tanto interna como externa no son contempladas en este momento y representan una oportunidad de continuar la investigación.
Según Stuart J. Russell y Peter Norvig en “Inteligencia artificial, un acercamiento moderno” (Artificial inteligence a modern approach), se estudia desde dos dimensiones específicas: por un lado “los procesos del pensamiento y razonamiento son los trabajos más importantes, por otro lado se encuentran las que hablan de comportamientos”. Entre los diferentes conceptos que enlistan hacen el resumen como sigue:
- Sistemas que piensan como humanos.
- Sistemas que actúan como humanos.
- Sistemas que piensan racionalmente.
- Sistemas que actúan racionalmente.[2]
Vemos separado pensar y actuar. Sin dudad se permite ya que se busca distinguir, supongo, a la robótica de la informática. Pero van de la mano. Hay que hacer énfasis en este punto que no estamos diciendo cómo, solo decimos lo que se busca lograr. Y es pertinente ya que todavía en este punto es cuestionable si los sistemas automatizados son parte del grupo de IA (inteligencia artificial), por ejemplo.
La visión de Russell es tomada de diferentes autores que van desde 1985 hasta 1993. Y agregan que:
Historically, all four approaches have been followed.
As one might expect, a tension exists between approaches centered around humans
and approaches centered around rationality. A human centered approach must be
an empirical science, involving hypothesis and experimental confirmation. A
rationalist approach involves a combination of mathematics and engineering.
People in each group sometimes cast aspersions on work done in the other
groups, but the truth is that each direction has yielded valuable insights[3].
Personalmente me inclino por una
aproximación lógica, racionalista. Pero entre los avances de una ingeniería de IA más
cognitivas son los de percepción, es decir, en áreas como visión, lenguaje
natural y aprendizaje. Por otro lado, la aproximación lógica tiene como
problema que no es lo mismo ser capaz de resolver un problema que cualquier
eventualidad. La lógica puede ser víctima de ciertas incongruencias en sus
silogismos (falacias), que pueden tomar un posible falso positivo, y en este
caso a un “brick” o un “loop” indeseado, considerado como error del sistema.
Notamos en la vida común la presencia de diferentes aparatos que nos facilitan la existencia con muy poco esfuerzo. Pensemos en, por ejemplo, los teléfonos celulares, las computadoras, que con una mínima cantidad de esfuerzo logran su cometido y en algunos casos hasta “adivinan” qué necesitamos, o logran ejecutar tareas con instrucciones de voz. Puro software. En todo caso, las aplicaciones más divertidas que se me ocurren de inteligencia artificial, sin duda son las interfaces de videojuegos, donde el jugador es retado por “la máquina” para pasar por los niveles y se puede adaptar la complejidad o “dificultad” para vencer el nivel.
Otro ejemplo son los asistentes, como Siri®, Apple la presenta como:
Habla
con Siri como si a un amigo que te ayuda a que las cosas se hagan—como mandar
mensajes, hacer llamadas, y crear reservaciones para cenar. Puedes pedir a Siri
que te muestre las constelaciones del cinturón de Orión o lanzar una moneda[4]…
Los asistentes personales sin duda son un interfaz que nos facilitan las tareas, pero aun distan mucho de logar esa tarea de aprender del humano. La ilusión de que aprenden de nosotros es en realidad una ligera configuración que se realiza por el propio usuario. Los nuevos “trucos” son parte únicamente de lo que el desarrollador ha logrado emular de los pensamientos humanos.
Consideremos que Siri es, hasta ahora, la más estable. Cortana no ha logrado alcanzar las expectativas que ha dejado su predecesora de la competencia. Google, por su parte, ha trabajado en una interfaz de voz pero está limitado a muy pocas tareas y no es muy conocido ni usado. Y ni hablar de las aplicaciones de terceros para android.
Pero otros casos de IA menos evidentes son los editores de fotografías, donde hace algunos años era indispensable que un diseñador trabajara varias horas para quitar “años” a la imagen de una persona, cuando un teléfono inteligente lo hace ahora en cuestión de segundos.
Hasta ahora se han trabajado, hasta cierto punto, IA que no carecen de cuestionamiento en si son o no. Únicamente software. Pero recordando a Stuart
Las lavadoras modernas “saben” cuánta agua necesita para lavar la ropa que pusimos, cuanto tiempo, cuándo depositar el jabón, el suavizante… es decir, ya hablamos de un robot. A lo mejor para las nuevas generaciones no es mucho, o quizá sea cuestión de una máquina, no obstante, quienes conocieron las primeras lavadoras sabrán que el usuario debía cuidar el ciclo de lavado para agregar los productos mencionados.
Si consideramos la afirmación original, son capaces de ejecutar tareas que requieren un humano, o la de Stuart: “actúan como humanos”, podemos incluir otro ejemplo de evolución similar: las licuadoras, a pesar de que eran máquinas que solo trituraban, las nuevas licuadoras también pueden hacer varias tareas pregrabadas, como distinguir las secuencias para que el producto sea una salsa, un helado, un frappé, o un puré. Hay que admitir que, al menos en este caso, saber a qué velocidad y cuanto tiempo hay que trabajar una mezcla es lo esencial para el éxito de la tarea.
En esa línea de pensamiento, hablamos de diferentes tipos de interfaz, pero lo más importante es que podemos distinguir como inteligencia artificial a la capacidad de facilitar un trabajo que en algún momento requirió de un ser humano y cumplir sus tareas de la manera más eficiente.
En conclusión, la inteligencia artificial es un campo de estudio aun joven, con muchos retos y expectativas a cumplir. La percepción de qué es inteligente en un sistema se modifica conforme avanzan las generaciones y depende de las personas que trabajan día a día para logar que un “aparato inanimado” logre “pensar”. Ya sea que hablemos de objetos que solo requieran un teclado y monitor o sean tan complejos que puedan ejecutar muchas tareas con un solo núcleo, no debemos perder de vista el lado ético y puntualizar que son herramientas para mejorar la calidad de vida de todos.
Trabajos citados
Norvig, S. J. (1995). Artificial Intelligence A Modern
Approach. New Jersey: Prentice-Hall, Inc.
Reflexión de la lectura.
El tema me pareció un reto debido a que
siempre interactuó con algún tipo de IA, pues me gustan muchos los videojuegos
y una de mis metas es crear alguna interfaz donde se pueda hacer cualquier actividad
de manera lúdica y basada en logros.
Para comenzar a redactar el trabajo, primero comencé por entender la
actividad. Nos pedía un texto académico, lo que deja bastante libertad a la
hora de escribir, ya sea que uno se decida por una monografía, ensayo, reporte,
etc., lo importante era activar conocimientos previos y aplicar alguna
estrategia de escritura e investigación. De ese modo, lo primero elegir un tema
y leer la lectura propuesta, luego fue averiguar que habían hecho mis
compañeros ya que siempre es interesante contrastar tus conocimientos previos
con otras lecturas.
Luego busqué información en la red, y encontré muchas páginas
información variada y contrastada hasta que encontré el libro que cito en mi
trabajo con la explicación de porqué, y sistematizado. No lo leí completo pero
si guardé el libro para futura referencia.
La principal dificultad fue “cortar
información”, debido a que nunca había investigado acerca del tema y todo me
parecía importante. Lo más sencillo fue redactarlo una vez que había armado el
esqueleto y encontrado las palabras para describir la idea que deseaba plantear.
[1] Quiero aclarar que soy muy fanático de la literatura, y tengo en
especial afecto a la ciencia ficción, como la de Isaac Asimov y su multivac,
sus tres leyes de la robótica… Pero en este caso quiero dejarlo de lado para
hacer una aproximación académica más especializada en lo concreto de la
realidad.
[2] Figura 1.1, página 28
[3]Históricamente, las cuatro aproximaciones han sido desarrolladas.
Como pudiera esperarse, existe tensión
entre las aproximaciones centradas en los humanos y las aproximaciones
centradas en la racionalidad. Una aproximación centrada en el humano debe ser
empírica, involucrando hipótesis y confirmaciones experimentales. Una
aproximación racionalista involucra una combinación de matemáticas e
ingeniería. Personas en cada grupo han lanzado difamaciones en los trabajos del
otro grupo, pero la verdad es que en cada dirección se han logrado ideas
valiosas. N de T.
[4] Presentación de Siri en su página web. http://www.apple.com/ios/siri/
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